“Cuando me pongo a tocar me olvido de todo. De manera que estaba picando, repicando, tumbando, haciendo contracanto o concertando con el piano y el bajo y apenas distinguía la mesa de mis amigos los plañideros y los tímidos y los divertidos, que quedaron en la oscuridad de la sala.”
Guillermo Cabrera Infante: Tres tristes tigres.
“Show me the way to the next whisky bar. And don’t ask why. Show me the way to the next whisky bar. I tell you we must die.”
Bertolt Brecht y Kurt Weill según the Doors.
Requelle sentada, inclinando la cabeza para oír mejor.
Mesa junto a la orquesta, pero muy.
Requelle se volvió hacia el baterista y dirigió, con dedos sabios, los movimientos de las baquetas.
Su badness, esta niña
está lo que se dice: pasada,
pero Oliveira, el baterista, muy estúpido como nunca debe esperarse en un baterista, se equivocaba.
Equivocábase, diría ella.
Requelle se hallaba sobria, bien
sobria, quizá sólo para llevar la contraria a los muchachos que la invitaron al Prado Floresta. Ellos bailaban y reían y bebían disfrutando de Una Noche Fuera Estamos Cabareteando y Cosas De Esa Onda.
Cuál es la onda, no dijo nadie. Seguir leyendo